domingo, septiembre 10, 2006

Qué pena de deporte

Hoy es un mal día para escribir, ya que me encuentro en esos momentos de cambio profundo en mi vida y manera de ser. De cómo enfocar ciertos temas. Uno de los disparadores para estos cambios es, por lo que me toca, la Fórmula 1. He dejado de creer en ella, no me hace ilusión especial, ni tengo ganas de seguirla. Se ha convertido en un "deporte" instrumentalizado por Ferrari y la FIA, algo polarizado, politizado y corrupto. Así lo he expresado hoy en Motorpasión, y queda claro ya para mi que mi interés por la F1 ha expirado. Y no lo renovaré en bastante tiempo. El quid de la cuestión es lo siguiente:

Lo que ocurre es que la F1 ya me cansa. Lejos de ver esos duelos justos en pantalla, nos levantamos un día si y otro también con noticias de favoritismos, roces, intrigas y demás temas que son característicos de los mafiosos de la Federación Internacional. Además, también tenemos que sufrir a la, valga la redundancia, insufrible legión de seguidores extremadamente extremistas (es decir, que no argumentan sino que descalifican) de uno u otro piloto, y solemos perder el norte de las conversaciones.

Las cosas son así, prefiero seguir deportes menos mayoritarios y más puros. No me hace falta la alta tecnología de la F1, ni la publicidad, ni el glamour, ni nada de eso. Me quedo con las cosas más sencillas, que son las que a la postre te dan más alegrías.

En Motorpasión | No me gusta la ma-FIA

1 comentario:

Anónimo dijo...

Poderoso caballero don dinero y
donde dije digo digo diego.
Supercuali...