miércoles, julio 05, 2006

Adiós a la jornada de verano

Esto es lo que se llama un verdadero contratiempo. En palabras más populares, es una gran put***, pero es lo que hay. Después de meses pretendiendo pasar el verano trabajando "tan solo" de 8 a 15, con las tardes libres, me entero hoy de que no es posible: tengo que trabajar hasta las 18. ¿Por qué es terrible? Porque en estos momentos estoy solo en la planta, señor@s...

En fin, aparte de mi lógica frustración, esto me recuerda una teoría propia según la cual el rendimiento de los trabajadores aumentaría bastantes enteros si se diese la feliz oportunidad de trabajar de manera continua durante todo el año. Y con el rendimiento de los trabajadores, aumentaría la productividad de la empresa. Esto es facil de evaluar, al menos grosso modo.

En un pais en el que la jornada laboral puede extenderse más allá de las 10 horas diarias, los trabajadores terminan el día bastante perjudicados, tanto física como sicológicamente. Es necesario un poco de esparcimiento diario para olvidar las incidencias del día. Eso, quien no se lleve trabajo o preocupaciones para casa.

Una persona normal tiene más obligaciones diarias que el mero hecho de ir a trabajar. Hay quien tiene hijos, y tiene que atenderlos; hay quién estudia un master, o un doctorado, y tiene que atenderlo; hay quien aprovecha para mejorar su curriculum haciendo diversos cursos; la gente puede querer mantenerse sano realizando alguna actividad deportiva como ir al gimnasio... Un mundo de cosas que hacer más allá de tu lugar de trabajo puede quedar irremisiblemente sepultado por éste.

Las consecuencias son evidentes: gente preocupada por no poder atender a sus hijos, o bien hijos que salen un poco "descarriados"; estudios alargados irremisiblemente, o bien estados careciales de cuerpo y espíritu crónicos; cursos y demás no realizados por pretender descansar un mínimo aceptable diario; sedentarismo y barriguismo... Y sobre todo, al día siguiente, lo que menos te apetece es pasarte tus ocho o diez horas trabajando, con toda la incomodidad acumulada durante los días precedentes, y sabiendo que trabajando las ocho horas seguidas tendrías un buen montón de motivación acumulada.

Pero la cosa está montada así. Yo hablo aqui de lo buena que sería esta jornada, pero está claro que el mundo no lo muevo yo, al menos de momento. Si alguien me está leyendo, me gustaría saber si comparte mi idea de que un trabajador contento es un trabajador eficaz.

Actualización: después de arduas negociaciones con los mandamases, se ha decidido que si, que podemos hacer jornada de verano. Eso si, si hay que hacer pruebas o algo de fuerza mayor, nos quedamos. Bueno, algo es algo, ¿no?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Esteban, pues lo que podías haber echo es crear un link desde el último post del antiguo blog a este...

así los asiduos nos podríamos haber pasado sin problemas.

Y disfruta de tu jornada laboral, hombre, que sólo te sabes quejar.

Acabo de ver el video de Mr. Oizo... que tiempos, ahora el muñequito descansa apaciblemente encima de mi armario... y es que todos nos hacemos mayores.

Un saludo, y seguimos en contacto.

Esteban dijo...

Tienes toda la razón, macho, pero este blog es, digamos, más contemporáneo, y se me olvidó por completo que el otro tenía suscriptores (o seguidores)...

Hay que quejarse, ya se sabe... por cierto, ¿qué tal en el partido España-Arabia Saudí, en nuestro bien amado Fritz-Walter Stadium??? Espero haber contado bien los enchufes en mi época de Siemens-bekario.

Saludos de un fiel de tu blog :D