¡Qué duro el día a día...!
Día tras día, tras día,... nos levantamos, desayunamos, nos vestimos, salimos de casa directos al trabajo (no necesariamente en ese orden, aunque es importante mantener en último lugar lo de salir de casa), y una cantidad ingente de información nos bombardea si cesar. ¿Cómo podemos hacer frente a las responsabilidades diarias y además soportar sin perjuicio a nuestra mente a las hordas de freaks, informadores, bloggers, anunciantes, contadores de historias, spammers, curiosos, pesados...?
No tengo ni idea, pero como dijo aquél, "si no puedes con tu enemigo, únete a él". Sea, pues.
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