Piratas de Caribe: el cofre del hombre muerto
Se estrena mañana, aunque he visto salas como Kinépolis que pasan hoy una sesión. Y precisamente, mañana a las 23:55, en la sala 25 del Kinépolis de Pozuelo, tengo dos entradas para ver Piratas de Caribe: el cofre del hombre muerto (una para mi, y otra para mi compañero Miguel, el Míguel).
A ver, ya tengo ganas de ver la película, aunque corro el riesgo de que hacerlo perjudique mi opinión sobre ella. La primera parte dejó el listón muy alto, y ya se sabe que hacerse ilusiones con secuelas o segundas partes es sinónimo, en muchos casos, de decepción, al menos leve.
En principio, para que me sepa mejor la película, voy a ir sin saber de qué va, en qué consiste la historia, ni haber visto el cómo se hace que tanto suele gustar a cierta gente. Todavía no puedo explicarme qué interés tiene conocer cómo se hace una película (y mucho menos antes de verla), pero es una de esas cosas que nos imponen los expertos de marketing para que estemos deseando ver la cinta. Además, para ello usan el gancho de los propios actores y el director, sentados frente a un poster enorme de la película, explicando cómo sufrieron, se divirtieron, aprendieron y experimentaron maravillosas situaciones con el estupendo equipo, el magistral guión y los insuperabes efectos especiales y visuales.
Vamos, que me enrollo, pero que yo, por principios, voy a ver la película sin pajolera idea de qué va.
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